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lunes, 16 de julio de 2012

CIFRAS, REALIDAD Y VERSOS

jorge Zabalza CIFRAS, REALIDAD Y VERSOS La previa. En un programa televisivo de unos años atrás, preguntado por el porqué de lo acertado de sus pronósticos, Luis Eduardo González, doctor en ciencias políticas, luego de explayarse sobre la metodología que empleaba y con una sonrisa cómplice, agregó que al resultado le sumaba o le restaba algún puntito según le aconsejara el olfato. No todo es ciencia en la vida de los cientistas políticos, hay mucho de arte en ellos, son verdaderos artistas. En definitiva, el grado de aproximación a la realidad de las encuestas depende de los anteojos o de la nariz del que interpreta las cifras, es decir, de su carga ideológica. Es habitual que las encuestas sobre el ingreso de los trabajadores sean relacionadas con las cifras recogidas en los años anteriores. Estudian por consiguiente la evolución histórica, criterio que permite extraer conclusiones políticas, porque si los ingresos decrecieron algo huele mal en la política económica, y si se incrementaron. por el contrario, abren paso a autoelogios muchas veces desmerecidos. En cambio, para este artículo se optó por comparar los ingresos de los trabajadores con la canasta familiar que elabora la revista “BUSQUEDA” todos los meses; puede parecer absurdo, pero el olfato aconseja al autor que en lugar de estudiar evoluciones históricas, se adopte el criterio de valorar los ingresos monetarios en función de la capacidad de consumo y de lo que falta a la familia trabajadora para alcanzar el nivel de remuneraciones suficiente para una vida sin aprietos. . Ingresos insuficientes. Durante el 2011 la canasta básica de BUSQUEDA promedió los 44.000 pesos por mes por hogar con cuatro miembros. En consecuencia, para redondear un ingreso que cubra las necesidades materiales y espirituales en una familia tipo, el marido y la mujer deberían ganar por lo menos unos 22.000 pesos cada uno. Habrá quienes argumenten que 44.000 pesos puede ser poco o que, por el contrario, puede ser mucho, y todas las opiniones son de recibo porque usar la canasta básica como vara de medir el grado de suficiencia del ingreso es un método que no tiene rigor científico. Sin embargo, el olfato de quién escribe este artículo le indica que 44.000 pesos es suficiente para vivir como dios manda. El Instituto Cuesta-Duarte acaba de públicar un material sobre el nivel de los salarios en el año 2011. Según sus datos, los ingresos de 1:165.000 uruguayos son menores a los 20.000 pesos y representan el 73% del total de los ocupados (asalariados, cuentapropistas, cooperativistas, patrones y trabajadores en los programas sociales del Estado). Los ingresos de aproximadamente las tres cuartas partes de los que trabajan en el Uruguay, perciben ingresos que no alcanzan a la media canasta familiar y por lo tanto son insuficientes para llevar una vida sin apreturas. Agreguémosle a esos datos que el 85% de las pasividades son menores a 20.000 y entonces se logrará tener un cuadro completo de lo preocupante de la situación de insuficiencia. Un dato más contundente aún: los ingresos de 905.000 trabajadores son menores a 14.000 pesos según el informe del Instituto Cuesta-Duarte, cantidad que representa el 56% del total de los ocupados. Por supuesto, habrá quienes relativicen la valoración de insuficiente para los ingresos menores de 20.000 pesos pero no pueden hacerlo con los menores a catorce mil pesos que el PITCNT califica como ”sumergidos”. El ejército de pobres. El informe del Cuesta-Duarte retoma el concepto de “diezmilpesistas” que se empleó en el informe del año anterior. Ajustado por el índice de precios del consumo (IPC) 10.000 pesos en el 2010 son 10.860 pesos en el 2011. Es decir que hoy por hoy el término equivalente sería “oncemilpesistas”, categoría que comprende a 744.000 trabajadores, que representan el 63% del millón seiscientos mil uruguayos con ocupación. Motivo de alborozo de los redactores del informe es que los oncemilpesistas del 2011 sean 69.000 personas menos que los diezmilpesistas del 2011, sin embargo, también deben preocuparse al conbrar conciencia una vez más la dimensión de la pobreza en Uruguay. Esas casi 750.000 personas tiene tan reducida su capacidad de consumo y de acceso a la educación y la cultura, que viven en la pobreza material y espiritual, son pobres por más ceibalitas que les hayan proporcionado a sus hijos. ¡Compañeros, esta es la medida exacta de la parte del pueblo que está excluído de la bonanza exportadora y del optimismo del equipo económico! Las cifras del Cuesta-Duarte revelan otros datos que sirven para redondear el cuadro de la pobreza en el Uruguay: a) 230.000 personas perciben menos de 6.000 pesos... ¡un 20% del total de los que trabajan! Claro, siempre y cuando se continúe considerando “ocupado” a todo aquél que trabaja una hora por semana, criterio que desvirtúa totalmente la divisón del mundo del trabajo entre ocupados y desocupados. Por más que los organismos internacionales recomienden ese criterio, no deja de ser una aberración que crea una categoría de “ocupados” en la que entran los que limpian vidrios en los semáforos, los que recorren la ciudad con un bolso al hombro en bicicleta o a pié, los que piden en la puerta del supermercado y los que cuidan o lavan coches en los barrios de Montevideo, que responden que sí a los encuestadores, que trabajan una hora a la semana. Y en el medio rural la cosa es peor... hasta los “andantes” pueden decirse ocupados! b) 426.000 personas ocupadas trabajan no están registradas en el BPS. Son el 36% del total según el Cuesta-Duarte. El 80% de ellos tiene ingresos menores de 14.000 pesos. El resultado de la regla de tres simple indica que 343.000 uruguayos “sumergidos” les será muy difícil jubilarse alguna vez. Aunque las cifras indican que ha aumentado, y mucho, la cantidad de los aportan a la seguridad social, es muy preocupante tantos miles de uruguayos están en negro y sin esperanzas. A ellos no los ha tocado la varita mágica del progresismo. Por mucho esfuerzo mental que hago, me resulta imposible creer el verso de que las políticas progresistas aclararán ese negro horizonte con el paso de los años. ¿Cuántos decenios de gobierno progresista se precisan para que ellos lleguen al nivel “suficiente” de ingresos o sea 22.000 pesos, media canasta básica? c) del millón seiscientos mil ocupados que viven el Uruguay, 1:152.000 son asalariados, o sea que, casi el 73% de los que trabajan lo hacen en régimen de dependencia de un patrón. El salario discrimina a las mujeres: el 40% de ellas ganan menos de 10.000 pesos, mientras que el 35% de asalariados los hombres son diezmilpesistas. Y discrimina a los menores de 25 años: el 82% de los jóvenes cobre salarios menores a 14.000 pesos. La discriminación por género y por edad es inherente a la extracción de plusvalía y, por consiguiente, la pobreza tendrá cara de mujer y de joven mientras exista capitalismo. . d) Hay un 4% de los encuestados que dicen ganar más de 50.000 pesos, entre ellos está el 1% de los millonarios uruguayos que en muchos casos son “desocupados”, no trabajan ni estudian y viven en Punta del Este. En el otro extremo están los ingresos menores a 6.000 pesos que, como se señaló antes, son el 20% dl total de los trabajadores. El Instituto Cuesta-Duarte estudia como ha evolucionado la distancia entre ambos extremos y concluye que ella ha disminuído en los últimos años, que la desigualdad es menor que antes del gobierno progresista. Sin embargo, el criterio empleado no da cuenta de la desigualdad real que se manifiesta al repartirse el ingreso nacional entre asalariados, patrones y Estado. La cifra de que dispongo, según números de propio Cuesta-Duarte, indica que entre el 2006 y el 2010 los asalariados perciben menos del 30% de la torta general, que ese porcentaje es bastante menor que lo percibido en 1998 y mucho menor que el 40% que les tocaba a los asalariados en los años ’70. Estos datos permiten pensar que, pese a lo estudiado por el Cuesta-Duarte, la desigualdad no ha disminuído cuando la torta nacional se reparte entre las clases sociales. d) Un cuadro elaborado muestra que en el 2011 la política salarial puso su centro en mejorar los salarios del 20% que gana menos de 6.000 pesos. Ellos recibieron un aumento del 15%, más del triple del incremento de los salarios mayores a 50.000 pesos. ¡Aplausos!. Todo aplauso tiene su pero, sin embargo, los soldados recibieron un aumento del 100% y a los oficiales de mayor grado se les incrementó el 22% de sus sueldos...No hay punto de comparación y me ahorro los comentarios: la política salarial de este gobierno es miliquera!. No quieren que los soldados y policías integren el ejército de pobres. Vulnerables Este año Uruguay deberá pagar más de seis mil millones de dólares por intereses y amortizaciones de la Deuda Externa. El crecimiento del Producto Bruto Interno está sostenido por la burbuja financiera de créditos al consumo y especulación inmobiliaria. Todavía encima los rubros principales de la producción material (soja, carne, arroz, forestación) están en manos de corporaciones transnacionales que pueden emprender vuelo al menor alerta de terremoto.Todo muy poco sólido, la bonanza puede transformarse en desastre en cualquier momento. Por otra parte, es tan espantosa la debacle del capitalismo mundial que en la barra tecnocráta que rodea a Danilo Astori ya nadie sostiene que Uruguay está blindado, verso que utlizaron durante los úlrimos cuatro años para engatusar giles. Lo ocurrido con PLUNA –una calesita financiera que se hizo trizas- anticipa el futuro del proceso económico del Uruguay. Es demasiado probable que la burbuja finaciera se desinfle y que los responsables del desastre hagan lo mismo que hicieron con la quiebra de PLUNA: nieguen con desparpajo su responsabilidad y se “enfermen” para no dar la cara frente al parlamento. Son muy “democráticos” mientras el escenario escenario soporta su descaro. Apenas la crisis ancle en puertos uruguayos, el “capitalismo con políticas sociales de alivio” cederá su lugar al “capitalismo con políticas de ajuste” a lo Rajoy. Los candidatos a víctimas de los ajustes fiscales que vendrán son los que tienen ingresos menores a 20.000 pesos. Equivale a entender que es muy vulnerable la situación de un millón ciento sesenta y cinco mil uruguayos y, en particular, la de los novecientos mil que viven con menos de 14.000 pesos. Mujica pondrá cara de Zapatero o de Papandreu, dirá más vaguedades y dislates y, para descargar los costos sobre los sectores vulnerables, cederá el paso a administradores con cara de serios, en los cuales puedan confiar más los dueños del sistema. Vulnerables a la crisis que vendrá y vulnerables a la política económica que ya está. Como en el caso de PLUNA, el gobierno está frente al abismo, ve venir el desbarranque, pero sigue caminado hacia el vacío. Sosteniendo la política económica que privilegia el pago de la Deuda y las inversiones extranjeras y que, en consecuencia, acentúa y profundiza la dependencia ecoónmica del Uruguay. Marenales y su barra tupamaro-emepepista se refugian en una falacia: “no hay propuestas alternativas a la de Astori”sostienen. Hasta llegan a considerarlo un candidato aceptable para suceder a Mujica. No, de ninguna manera. Es necesario cambiar radicalmente la concepción social de la distribución del ingreso, recordar que Raúl Sendic (padre) postulaba “un aumento sustancial de los salarios como medida para incentivar la demanda en el mercado interno y estimular la producción para abastecerlo”. Otra concepción, nada que ver con lo que hace el progresismo de Mujica-Astori.vázquez. No es una medida para nad de fondo, pero una distribución del ingreso como la propuesta por Sendic tiene una índole rupturista, pues para llevarla adelante se debe estar dispuesto a chocar de frente con la clase dominante y con las transnacionales. Marenales y su barra no quieren romper con nadie, no dejan de enviar mensajes de.resignación pasiva, de que “es posible caminar en el capitalismo”. Tal vez la mayor vulnerabilidad del pueblo trabajador radique en esa complicidad ideológica de quienes, con un gesto revolucionario, inducen a creer que no se puede luchar por el poder y el socialismo en las acutales condiciones. Tal vez, para el gusto de muchos, uno se esté pasando de crítico, pero si después de siete años de progresismo, bastante más de la mitad de los ocupados están “sumergidos”, significa reconocer que las políticas sociales del MIDES no ayudan a fortalecer realmente a los sectores vulnerables. Apenas alivian su presente. Me resulta imposible compartir el optimismo que trasuntan los mensajes públicos del gobierno y de sus dirigentes sindicales. Probablemente sea por tonto, pero uno continúa percibiendo el medio vaso vacío.

viernes, 13 de julio de 2012

¿Por qué "no aprenden" los niños?( lectura recomendada para este fin de semana)

Andrés Núñez Leites: ¿Por qué "no aprenden" los niños? El fracaso de las políticas educativas en Latinoamérica a la luz de la imposición de la economía y la política neoliberal Advertencia El título evoca una frase del sentido común docente en enseñanza primaria del Uruguay y requiere algunas aclaraciones. Su uso obedece a la fuerza semiótica implicada en tanto pauta simbólica que guía a los actores concretos y que es a su vez el signo de una decepción instalada en el trabajo pedagógico y en el discurso político-pedagógico neoliberal que estigmatiza a los docentes. Pero se hace necesario precisar algunas cosas, que como hemos de desarrollar un poco más en el resto del artículo, aquí apenas mencionaremos de modo introductorio. La frase sustantiva "los niños" refiere a una universalidad falsa, y remite a una también falsa asociación entre igualdad de acceso a la educación pública e igualdad de oportunidades. Los niños de las escuelas públicas -por no compararlos con los niños de los colegios privados- tienen variado origen socio-cultural y ello determina claramente variaciones en su desempeño académico. "Los niños" que "no aprenden" son aquellos cuyas condiciones familiares son más desfavorables económicamente, cuya familia tiene una estabilidad vincular baja, cuyas expectativas de logro son menores, cuyo grado de violencia familiar interna es mayor y menor la cultura escrita, es decir, los hijos de las familias desplazadas por esa exitosa estrategia burguesa de la guerra de clases que llamamos neoliberalismo o corporativismo. Y finalmente "no aprenden" es una evaluación engañosa, también instalada radicalmente en nuestro sistema educativo, y que no da cuenta de una especificación imprescindible: no aprenden todo lo esperado por los docentes y sus autoridades, en el grado y la forma esperada, de acuerdo a parámetros clasistas dominantes. Ver Art. completo en: http://firgoa.usc.es/drupal/node/48946

miércoles, 11 de julio de 2012

Paraguay y el golpe de estado parlamentario a ojos de lxs anarquistas

PARAGUAY Paraguay y el golpe de estado parlamentario a ojos de lxs anarquistas Grupo de Afinidad La Calle 06 jul. 2012 Se confunde hoy la resistencia al golpe de estado con el apoyo al ex gobierno Lugo o, como dice cierta izquierda, el apoyo al “proceso de cambio”. Es una confusión que conviene aclarar. Desde la asunción del gobierno Lugo, en agosto 2008 ese proceso de cambio se ha traducido, entre otras cosas, en una calma en la conflictividad social, disminución de las movilizaciones sociales, aumento de las ganancias de los especuladores financieros e inmobiliarios y de las multinacionales de los agronegocios, y en una sostenida política de criminalización de los movimientos sociales en lucha, llegando al extremo de militarizar algunas zonas geográficas del país, con la excusa del surgimiento de una “guerrilla” que secuestró a un empresario ganadero. Con todo, el gobierno de Lugo implicó un cambio en la dinámica política del país, y por vía del ejecutivo vino a fortalecer a un nuevo jugador en la escena política: el progresismo de izquierda. Este progresismo de izquierda logró incrementar sus vínculos con los sectores populares a través de la gestión de programas y proyectos sociales y culturales, lo que le dio una visibilidad preocupante para los dos partidos tradicionales (ambos de derecha: el liberal y el colorado), de cara a las próximas elecciones (2013). Preocupante sobre todo para el partido liberal en tanto una parte interesante de su dirigencia de base y media, establecía una alianza con la izquierda progresista. La amenaza del uso del juicio político como instrumento para sacar a Lugo del ejercicio del poder ejecutivo se hizo una constante desde los primeros días de la presidencia Lugo, al mismo tiempo que el gobierno, para combatir esa amenaza intentó, en general, dos caminos: controlar la conflictividad social y expandir la alianza gobernante hacia la derecha, incorporando a sectores del partido colorado al gobierno, El control social se hizo a través de los mecanismos clásicos de uso por gobiernos progresistas: combinación de negociación y cooptación con represión intensiva. La presencia en cargos de gestión y decisión en el ejecutivo de militantes y dirigentes de izquierda, así como de dirigentes de ONGS, permitió sostener al gobierno un intercambio fluido de opiniones con los movimientos y organizaciones sociales, hacerlas parte de la gestión de proyectos y dotarles de recursos para llevar a cabo iniciativas y propuestas en el ámbito social, al mismo tiempo que en ámbitos de salud y otras áreas sociales, se incorporó masivamente a dirigentes o agentes sociales, estrechando el vínculo con las organizaciones sociales de base. La represión asumió dos vías principales: una, indirecta, fue a través de los partidos políticos de izquierda o progresistas que llamaron sistemáticamente a sus bases y entorno a no criticar y no entorpecer con movilizaciones “el proceso” y la segunda vía, directa, fue criminalizar a los movimientos sociales que aparecieran más “radicales”, vinculándolos con el supuesto “terrorismo” que lleva el nombre de EPP, una suerte de guerrilla surgida en el norte del país, con orígenes y desarrollo no muy claros, pero muy bien usado para justificar una dura represión a los movimientos campesinos de la zona. La combinación de ambos factores provocó un inmovilismo de los movimientos sociales que duró toda la era Lugo. Por otra parte, la cultura prebendaria colorada como forma de hacer política no fue combatida con éxito por parte de la izquierda y el progresismo en el poder. Salvo excepciones, las prácticas prebendarias y corruptas del coloradismo, sobre las cuales se asentaban sus relaciones electorales, fueron reproducidas por la izquierda en el poder, siendo alguna de estas prácticas filtradas a la prensa de derecha quienes la usaron para tildar a la izquierda de corrupta, en el afán de lavar la cara a la derecha, hasta el momento la representante por antonomasia de la corrupción. Tal es así, que incluso la práctica del arreo (llevar masas de gente a manifestaciones y movilizaciones a cambio de algunas compensaciones monetarias o alimenticias) también fueron usadas por la izquierda. Es en este escenario, que se da la matanza de Curuguaty (viernes 15 de junio 2012) en la cual 11 campesinos y 6 policías fueron muertos en una balacera iniciada por la policía. Las muertes policiales, de acuerdo a declaraciones de testigos campesinos, se debieron a “fuego amigo”, todas menos una. La matanza fue aprovechada por la prensa derechista (casi la única existente en el país) para culpar a los campesinos, calificándolos de asesinos, delincuentes y terroristas, esto sin haber llevado a cabo ninguna investigación, medianamente seria sobre los hechos. La izquierda se sumió en el estupor, el gobierno sólo aceptó la versión policial (funcional a la estrategia mediática de la derecha de criminalizar a los campesinos en lucha por la tierra) y los movimientos campesinos tomaron la iniciativa para solidarizar y actuar en terreno para ayudar a los campesinos y campesinas sin tierra que estaban siendo perseguidos, reprimidos y encarcelados en la zona. Desde ese momento, hubo una tensión en la izquierda entre sectores que querían movilizarse solidariamente con los campesinos muertos (incluidos los policías, hijos de campesinos) y también para frenar el ataque criminalizador de la prensa hacia los campesinos en lucha por la tierra. Ese inmovilismo, con origen en el cálculo político y en el (lógico) miedo que infundía la prensa, posibilitó que no hubiera una respuesta inmediata al cerco mediático contra el movimiento campesino, en específico al sector menos orgánico de los sin tierras, la liga nacional de carperos. En ese escenario, lxs anarquistas nos centramos en solidarizar efectivamente a través de la movilización social en respuesta al ataque de la prensa y la derecha y en romper con el miedo que imperaba en el ambiente. Algunos logros tuvimos en ese camino, pese a las presiones que cierta parte de la izquierda ejercía para que su militancia no saliera del papel de espectadores de los acontecimientos. Recién 4 días después de la matanza, un lunes, pudimos realizar el primer acto solidario en la ciudad de Asunción, con ánimo movilizador y unitario. Unitario porque correspondía, por vínculos y participación, a la izquierda marxista ser parte activa en la solidaridad, y movilizador porque sabíamos que el costo del inmovilismo sería siempre mayor para el pueblo, que el inmovilismo no nos daba ninguna seguridad ante una derecha prejuiciosa, condenatoria y represiva. Luego vino el golpe parlamentario. Esta situación para lxs anarquistas fue muy compleja de plantear, en tanto no queríamos que se nos confundiera con un apoyo al gobierno de Lugo. Nuestro enfoque fue el mismo que para la Matanza de Curuguaty: solidaridad y movilización. Veíamos que la única forma de frenar el avance de la derecha (y la violencia sobre los sectores pobres y populares del país) era movilizándose y saliendo a las calles y cómo no hay mejor llamado que el ejemplo, estuvimos en la plaza del congreso desde el primer momento del juicio político a Lugo. Durante los dos días del juicio permanecimos en la plaza, tratando de ayudar a desplegar creatividad, medidas de acción y cuidado pensando en asumir la resistencia llegado el momento. Incluso en ese momento crítico, buena parte de la izquierda no estuvo a la altura de las circunstancias, esparciendo rumores, intranquilizando a lxs manifestantes, intentando controlar lxs opiniones y dando discursos erráticos de cómo enfrentar la situación. Tal es así que llegado el momento del cierre del juicio, con la condena a Lugo, la policía atacó fuertemente a la gente movilizada. Tan mala fue la preparación y el cuidado para con el pueblo que la gente escapó de los gases lacrimógenos y balines de goma en estampida, poniendo en riesgo la vida propia y ajena. No se habían tomado medidas preventivas, llegado el caso y la información que circulaba era dispersa y controlada, con lo cual se daba fuerza a los rumores. Apostando todos sus esfuerzos en sostener el mito Lugo, la dirigencia de izquierda presente en la plaza del congreso, ya entrada la noche del día del juicio político sembró la esperanza de que Lugo viniera a resistir ahí, junto al pueblo paraguayo. Pero Lugo abandonó el cargo de presidente por televisión y en la plaza la gente se enteró por la transmisión radial. La decepción hizo que tres plazas que habían demorado un día y medio llenar, se vaciaran en menos de una hora. La sensación de derrota en la izquierda era tal, que al día siguiente mucha gente que llegó de madrugada a la plaza, a resistir, se encontró con un panorama que les hizo llorar: el abandono absoluto. El sábado, primer día entero del gobierno golpista se tradujo en una lucha autogestionada contra el cerco comunicacional. Emprendida por trabajadores de la comunicación, tanto de la tv como de la radio pública, la resistencia se hizo realidad en la tv pública, ubicada en el centro de la ciudad de Asunción. Una veintena de personas dio comienzo a esa resistencia y la convocatoria a apoyar y hacerse parte de la lucha se efectuó a través de mensajes de texto y llamadas por celulares. En una hora ya se podían contar unas 300 personas, hasta el momento que inició el programa micrófono abierto, amenazado de censura desde la noche anterior. Ese primer instante de lucha, con el micrófono amplificando las palabras de resistencia de quien quisiera, fue francamente una obra perfecta de resistencia y autogestión. Fuimos modesta parte de eso y por ello nos sentimos orgullosos en la modestia. Posteriormente, vista la magnitud que fue tomando la resistencia en la tv pública, los partidos políticos intentaron encausar, controlar y dirigir esta movilización. Se desplegó un “grupo de seguridad” que actuó agresivamente como policía interna. Se intentó controlar también la expresión y el decir de la gente, prohibiéndose las asambleas en ese lugar (que había comenzado por ser una asamblea abierta y autoconvocada) y también los carteles o escritos que se saliesen de las consignas estipuladas como prudentes. Al mismo tiempo se dio fuerza a las consignas luguistas y a la misma figura de Lugo. El esfuerzo de resistencia intentó ser dirigido por la izquierda, que amplió el frente guazú (amplio) hacia la derecha vinculando a disidentes de los golpistas partidos colorado y liberal, al mismo tiempo que intentaba darse una base social más amplia, convocando también a las organizaciones sociales a esta ampliación, llamada ahora Frente de Defensa de la Democracia. Desde la constitución de este frente, todo fue intento de centralizar y controlar la manifestación de la gente en lo que era la cuadra de la tv pública. Recién a mitad de la semana siguiente es que la lucha pudo desbordar esa cuadra, iniciándose movilizaciones en el campo y la ciudad. Movilizaciones intermitentes de convocatorias en general masivas. Un aspecto interesante es que la resistencia propuesta por el FDD y el ex gobierno luguis ta se denomina “pacífica” o de desobediencia civil. En lo práctico esa resistencia se reduce a una movilización a medias donde en todo instante se intenta no molestar a nadie para no ser tachados de “violentos”, con lo cual las acciones (mejor dicho inacciones) del FDD y el ex gabinete de Lugo se han convertido en funcionales a la normalización y tranquilización que quiere imponer el gobierno golpista, en plena faceta de acordar leyes y decisiones económicas que favorezcan, aún más, a las transnacionales y el capitalismo especulativo. El discurso no violento y de desobediencia civil aparece entonces vacío de contenido y equivocado en sus propósitos: no hace verdadera resistencia en tanto no asume la conflictividad social cargada en el golpe de estado parlamentario y no usa el conflicto para desnudar el fondo represor y contra el pueblo del gobierno golpista. Prima hoy por hoy el cálculo electoral. Nos planteamos la resistencia como la respuesta adecuada al momento, en tanto esta permite autogestionar las luchas, autonomizar la respuesta al conflicto, asamblearizar el análisis y la toma de decisiones respecto a la resistencia y, por esa vía, romper la impronta cultural política del coloradismo, es decir romper con las prácticas políticas del clientelismo, dependencia y venta de cargos. Una resistencia en serio permitirá hacer cambios de fondo en la cultura política y social paraguaya, quebrando así con costumbres funcionales a la dominación oligárquica que hoy por hoy nos afectan. Quienes asumen la resistencia en serio se ven dificultados por el sector timorato y centrado en el cálculo electoral de la izquierda, que verbalmente asume la resistencia, pero en la práctica inmoviliza o moviliza sólo en función de levantar figuras y candidaturas a escondidas, aún a costa del descrédito en que están cayendo. Grupo de Afinidad La Calle Asunción http://periodicoellibertario.blogspot.com.es/