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domingo, 31 de octubre de 2021

Uruguay / El jaque de la LUC

 

X Fernando Moyano

 
   Una opinión personal 

 

Primera de  una serie de notas sobre este tema 

1. Pegándole al bizcochazo del lado equivocado 

«Paro político». «Están contra el gobierno». «Para hacer una demostración de fuerza».

Estas han sido algunas de las balas disparadas por los voceros del gobierno, comenzando por el presidente, luego del paro general parcial del 15 de setiembre y su movilización.

Voy a empezar por lo último. Si alguien intenta una demostración de fuerza y le sale mal, resultaría ser una demostración de debilidad. ¿Qué tal fue en concreto en este caso, fuerza o debilidad? Si tanto les molesta el hecho, la pregunta se contesta sola.

Veamos eso de que el paro es contra el gobierno. Y de que el movimiento sindical va tras el Frente Amplio.

Ya en julio el diputado colorado Schipani le contestó al frenteamplista Nuñez, que había criticado la suba de los combustibles aplicando un mecanismo contenido en la LUC, diciendo que el FA había aprobado en el parlamento los artículos correspondientes, 235 y 236, de dicha ley.

No sería la primera vez ni la última en darse una situación parecida, el tema de los combustibles motiva cada vez más polémicas, pero otros parecidos también. Cada vez que el FA critica algún aspecto de la política del gobierno sus voceros señalan posiciones colaboracionistas previas del FA con éste, o bien políticas similares del gobierno previo del FA.  Por ejemplo, la comparación del contrato reciente con la empresa Katoen Natie, y el contrato del gobierno del FA con UPM.

Es casi imposible no encontrar, ante cualquier crítica del FA al gobierno, alguna respuesta de  «pero que hablan ustedes, si…». Ahora, el posible TLC con China ha puesto al FA en una extraña disyuntiva: si criticar al gobierno por ir a ese TLC, o reivindicar para sí haber iniciado ese camino.

La campaña de defensa de la LUC ya ha sido iniciada por el gobierno, por ahora es muy vacilante la respuesta de la campaña por la derogación. Todo esto viene mostrando crudamente las consecuencias de la política de «reducir el daño», que de hecho ha significado agravar el daño. El gobierno amortiguó apenas un poco el primer golpe pero lo dio y es muy fuerte, y de inmediato dio los otros apenas demorados un poco, de avances que continúan la LUC. La Rendición de Cuentas, el desmantelamiento del Instituto Nacional de Colonización, etc.

La otra cara de la misma moneda es la acusación oficialista de que la campaña del FA por la derogación parcial de la LUC es en realidad una excusa para recomponer la militancia y tener así una mejor posibilidad de volver al gobierno. Curiosamente y en espejo, algunos sectores de la izquierda extra-frentista que descartan la campaña contra la LUC, dicen lo mismo.

Es una curiosa acusación, acusar de lo bueno.

Ni bien se llegó a las casi 800 mil firmas dijo Mujica que «el militante de base nos caminó por encima», lo que muestra la mentira de las medias verdades, y la verdad de las medias mentiras. Porque para que el militante de base le pase por arriba al dirigente, es necesario que el dirigente, primero, se haya quedado estancado.

Entonces el FA, luego de gobernar durante 15 años para la colaboración de clases y la gestión del capitalismo, luego de la derrota y de año y medio de intentar conciliar ahora desde una «oposición de Su Magestad» portándose bien ante un gobierno abiertamente reaccionario, y cuando surge apenas un desborde desde la base, todo lo acotado y difuso que se quiera pero apuntando a una rebelión contra el ajuste capitalista, es que empieza a las cansadas su confusa dirección a tratar  de acomodar el cuerpo metiendo algún matiz de oposición tímida, parcial, a los tumbos y con un abanico de indefiniciones internas que no saben resolver.

Y relación de esta burocracia política con la burocracia sindical es exactamente al revés de lo que el reproche de la derecha dice. Y a veces lo dice al revés.

Obviamente no se trata de que el FA quiera arrastrar a los sindicatos y otras organizaciones sociales a la rebelión, quiere contenerlos, e incluso dicen eso expresamente y lo reivindican. Tampoco es que la burocracia sindical tironee al FA hacia la izquierda. La pugna interna estratégica sobre la LUC ha mostrado lo contrario. La dirección del Pit-Cnt ha usado la rebaja programática del FA para argumentar con eso su propia rebaja programática. Fue lo que se adujo para imponer por arriba el rechazo a la iniciativa contra toda la LUC, que eso era necesario para contar con el FA.

Y ahora el señalamiento desde la coalición reaccionaria gobernante es: pero ustedes se están contradiciendo con su política colaboracionista. ¡Están pasando ser opositores!

Vayamos poniendo los puntos sobre las íes uno por uno. El FA llegó al gobierno por medio de una transacción triple.

A las clases dominantes y su brazo armado les ofrecieron rebajar el programa a la mera gestión capitalista con algunas mejoras mínimas a la clase trabajadora, y no tocar la impunidad militar, a cambio de que esas mejoras fuesen aceptadas, lo mismo que su entrada al gobierno.

A las clases trabajadoras, les ofrecieron esas mejoras mínimas pero significativas en ese contexto de enorme penuria económica, a cambio de abandonar mayores pretensiones de cambios de estructuras o reformas más radicales.

Y al aparato frenteamplista, predominantemente de sectores medios, se le tiró la participación en el botín del aparato del Estado, a cambio de un total disciplinamiento vertical a los que tendrían la llave de la canilla. Eso reduciría a su ala izquierda a un papel decorativo. Y en algún caso más relevante como es el del MPP,  cooptarlo con un lugar de socio de primera línea.

Para que todo eso fuese posible era imperioso un elemento: rebajar totalmente el papel de los Comités de Base y transformar a la militancia en simple expectadora, y claque en algún caso. De ahí viene el término «foca» con el que la derecha más cavernaria empezó a calificar a esta militancia.

Entonces, el gobierno del FA fue un gobierno de gestión capitalista, incluyendo la profundización de la dependencia, el extractivismo, el aumento de la deuda externa, la privatización gradual de las empresas del Estado, la reforma regresiva de la educación, etc etc. No vamos a sobreabundar.

Para eso, la militancia para su casa. Como el «Felices Pascuas» de Alfonsín.

Pero ningún gobierno de gestión del capitalismo puede resolver los problemas estructurales del capitalismo. El Frente tampoco. Acabado el período del «viento de cola» en que la profundización de la dependencia pudo acompañarse con un cierto derrame de la captación local del excedente, las condiciones de ese «equilibrio Nash» se agotaron. La clase dominante pateó el tablero, ya no es negocio che.

Y se vio en la imperiosa necesidad de recuperar la gestión directa del gobierno a través de su aparato político tradicional. Para eso se necesitaron dos cosas.

Una, aprovechar la oportunidad que les daba el desgaste del FA en el gobierno ya con serios problemas. Aprovechar las fisuras abiertas en su base y en su implantación política popular con sus confusas variantes socialdemócratas, social-liberales, populistas, estalinistas en decadencia, etc. etc., y el fracaso inevitable de la compensación por goteo para contener la rebeldía popular cuando las gotas se agotan por la sequía del giro en la situación mundial y regional del capitalismo. Demasiado, para cualquiera. Para aprovechar ese vacío en la política frentista, la derecha armó a las apuradas una demagogia populista.

Y la otra, recomponer ese desvencijado aparato político tradicional, muy golpeado por la crisis vivida en los años anteriores, por las contradicciones entre los distintos sectores de la clase dominante y sus aparatos burocráticos de mediación, por todo su arcaísmo político. Los sectores orientados a una modernización de la política burguesa tienen una base muy débil y no han prosperado, los sectores más tradicionalistas son incapaces de ninguna renovación. Estos huecos pueden ser aprovechados por el fascismo emergente de Cabildo Abierto, que tiene que levantar una bandera populista… pero no muy populista. Y los socios menores son decorativos.

Esta debilidad de todos que se compensa porque es la debilidad de todos, es Uruguay. Es lo que ha sido siempre.

¿Y qué de una verdadera oposición a la política reaccionaria? ¿Qué tenemos?

Los intentos de política popular alternativa se han venido frustrando uno tras otro. Y debemos decir la verdad: Por el bloqueo que significa la política conciliadora y colaboracionista impuesta desde arriba por el aparato burocrático, sin duda. Pero TAMBIÉN por nuestra propia incapacidad, eso es clave. Por el predominio del sectarismo, el oportunismo «izquierdista», el fraccionalismo, el más estrecho dogmatismo.

Y en la campaña contra toda la LUC hemos visto en ese tema «un caso para una tesis», la Coordinadora contra toda la LUC. Nos ocuparemos de eso en una nota próxima de esta serie, no ahora.

Lo que sí corresponde señalar aquí es que dentro de esa brecha que lentamente se va abriendo entre la militancia de base de izquierda, los militantes sindicales y sociales por un lado, y el aparato burocrático por el otro, no ha habido en ese terreno ningún eje de acción que pueda decirse principal. Han habido muchas cosas, eso no.

Eso no, tal vez hasta ahora. Tal vez, ahora, tengamos un «eje candidato», un espacio de acción en que la militancia pueda salir de la casa, volver a las calles, y ya no en el ghetto de cada uno. Ocupar la calle principal.

Entonces, paro político.

Y así, de esa supuesta acusación resultaría entonces que ¡sí!, tenemos una política, y que es una política de oposición orgánica al programa de gobierno, pluralista, universal, activa, de masas, con los sindicatos organizados en la calle y puentes hacia distintos sectores de la ciudad y el campo. ¡Oh!

Digamos la verdad verdadera, no es TAAAAN así.

Pero gracias por el cumplido.

 

 

  

El jaque de la LUC – (Segunda parte)


2. No “en contra de” sino “a pesar de”

En la primera parte de esta serie hemos hablado de como el referéndum contra la LUC ha sido uno de los móviles que han llevado nuevamente la militancia a las calles. No el único, pero el que puede ser el principal espacio de encuentro para la acción. Ciertamente, el objetivo limitado a una intervención electoral puede considerarse muy parcial, y lo es. Pero no es un objetivo aislado. Eso es así precisamente por ser la LUC una “ley ómnibus” que comprende numerosas ofensivas antipopulares de las clases dominantes. La respuesta a ella, podría ser, sí, meramente electoral y limitada al texto de esos 135 arts. Pero no sólo no tiene por qué ser de esa manera sino que ESA sería la manera de perder el referéndum.

La lógica de la lucha OBLIGARÁ. Antes que nada digamos dos cosas que van en contra de lo que acabamos de decir, dos cosas que son muy claras pero igual hay que decirlas.

a.- El resultado del referéndum es incierto. Se puede ganar o se puede perder.
b.- Las fuerzas que están (y seguirán) a la cabeza no hacen mucha fuerza para ganar. Su estrategia conciliadora ha frenado la confrontación, y sigue frenándola. Les ha sido y sigue siendo preferible perder lo menos que ganar lo más. Y más aun. La idea dominante que hay de «ganar lo más» es poder seguir como hasta ahora. Que en la cultura uruguaya impera una mentalidad conservadora no es novedad.

Bien se sabe que la fuerza que dirige esta campaña es el complejo FA-PitCnt cuya relación interna no es lineal y ambas estructuras, muy burocratizadas, tienen también sus contradicciones horizontales y verticales. Tienen fracciones, fracciones de fracciones, tensiones base-dirección, diversidad de grupos con un peso mayor o menor cada uno, etc. Muchas veces la fuerza de un sector dentro de uno de esas entidades le viene, no por su insersión en esa estructura sino por importancia en la otra, y eso funciona para un lado y para el otro. Sus pesos relativos van cambiando. Quien ayer era importante hoy pude ser un fantasma. Ambas estructuras evolucionan muy lentamente.

Veamos esto como una locomotora con vagones. Una imagen del panorama global puede ser: la locomotora frena, la inercia de los vagones empuja. La locomotora quiere frenar, pero si frena demasiado descarrilará. Los vagones empujan, pero si empujan demasiado descarrilarán. Y no hay vías alternativas ni ramales laterales. Y si venimos en bajada…

Vayamos a lo principal. Dos más dos son 4.

En nuestra nota anterior explicamos la principalía del referéndum de la LUC como factor dentro de la escena política de la lucha de clases del país en esta coyuntura. Significa poco decir “no me gusta”, y que el eje debería pasar por otro lado. Pasa por ahí, punto.

El “no me gusta”, o dicho más seriamente, el argumento de que esa principalía de la LUC está en realidad al servicio de una disputa superestructural entre dos estructuras político-partidarias burguesas, el FA y los multifachos, lo veremos más adelante en esta serie. Y veremos allí el tema de la relación clase-partido para las distintas clases y en especial la múltiple relación de una misma estructura partidaria con distintas clases sociales; ya abordamos eso en relación al FA en nuestra nota anterior. Pero, como sea, es un hecho que el referéndum por 135 artículos de la LUC tiene ese lugar, nos guste o no.

También es un hecho indiscutible que el rol principal en ese enfrentamiento a la LUC, parcial, y en el plano electoral, lo ocupan el Frente Amplio y el PIT-CNT. La militancia frenteamplista en los Comités de Base juntó más de la mitad de las firmas por la iniciativa parcial, e incluso algunas por la total. También han recolectado muy numerosas firmas los sindicatos, y en ellos la mayoría de los militantes sindicales son a su vez frenteamplistas. Algunos sindicatos juntaron por las dos papeletas.

Y dentro de ese conglomerado de varias dimensiones, el problema principal es la relación base-dirección. Como hemos dicho, hubo un punto en que la dirección del FA mandó a la militancia para la casa y pasó a ser un partido de dirigentes de aparato y masa pasiva de votantes. Pues bien, ahora, para la recolección de las más de 800 mil firmas si contamos las totales, aun descartando las repeticiones de los que firmaron (firmamos) las dos, fue necesario sacar a los militantes de nuevo a la calle. A la calle a juntar firmas, pero a la calle. Y ahora será a la calle a juntar votos, pero a la calle.

Y eso significa organizar nuevamente a los militantes, organizarlos desde arriba, pero aceptar también que se organicen desde abajo. Darles los materiales de propaganda por arriba, pero aceptar también que tomen sus iniciativas desde abajo. No tienen otra.

Y eso es lo que queremos decir con que la lógica de la lucha OBLIGARÁ.

Y más aun. Obligará a todos. A los renuentes a acompañarla también.

Y acá el problema principal es esa tensión entre la militancia y los aparatos. Los mismos que optaron por descartar a la militancia y hoy no tienen otra que apoyarse en la actividad, e incluso la auto-actividad (en el sentido de Rosa Luxemburgo) de esta.

¿Y en qué situación está esta militancia, desde el punto de vista subjetivo?

Hay una tensión, tal como lo hemos dicho. Las direcciones frenan, las bases empujan. No hay una ruptura, ni la habrá en el corto plazo, ni sabemos cuándo. De alguna manera las direcciones tienen que acomodarse a eso, aprovecharlo, tratar de controlarlo, y conservar su lugar. Para controlarlo tienen que atenderlo, aunque sea parcialmente. Ese es su problema y no es lo que principalmente nos interesa.

Lo que ocurre del otro lado, sí. La movilización de la militancia de base ha ocurrido, no en CONTRA de las direcciones burocráticas, pero sí A PESAR de la política conciliadora de estas. La estrategia de la burocracia ha sido jugar a perder lo menos. Las bases han jugado a ganar lo que se pueda. No hay acá un antagonismo abierto, pero sí una tensión. Los militantes de base no le han pasado por encima a los dirigentes, por supuesto que no, ese es un verso demagógico del Pepe. Pero los han forzado a hacer lo que no querían hacer.

Esa militancia, que aún confía en los dirigentes burocráticos, no son nuestra gente. Pero sí SON nuestra gente.

Pudimos escuchar decir al principio a Fernando Pereira que ir a un referéndum sería un “error estratégico”. Y después lo vimos juntando firmas en la calle, varias veces. Y firmó por la iniciativa total. La lucha obliga.

Y si dos y dos son cuatro, si el principal eje de conflicto hoy es el referéndum contra la LUC, y si de nuestro lado el nudo principal está en las tensiones de la auto-actividad de las bases, y si son principales en ellas los militantes frenteamplistas aún dentro de su propio panorama acotado, ahí está el problema.

¿Cómo debemos valorar esta situación? ¿Es posible que esto nos determine una táctica a seguir? Lo veremos.

APÉNDICE:

El miércoles 22 de setiembre un hombre de 32 años se prendió fuego en Plaza Independencia, frente a Torre Ejecutiva. Por la información que tenemos trabajaba como electricista en una empresa contratista de UTE. Fue echado hace un tiempo de su trabajo. Pasó por varias situaciones extremas. Y tomó esa decisión.

Fue atendido deficientemente por la policía presente en el lugar. Pero fue esposado estando todavía consciente, y pidiendo agua. No se la dieron. Poco después fue trasladado al Centro Nacional de Quemados. Falleció al otro día.

La derecha ha hecho del tema “seguridad” y “combate al delito” su caballito de batalla en su propaganda de defensa de la LUC. La respuesta de la campaña por la derogación sobre este tema, casi no existe. Es un tema en el cual la izquierda está, la oficialista, siguiendo la misma política de la derecha rechazando algunos extremos; y los sectores disidentes, contestando generalidades. De ese tema nos ocuparemos más hacia el final de esta serie.

Mientras tanto, queremos mostrar este caso. Si estás desesperado por tu situación, sin salida, de ellos no esperes nada. Salvo que te esposen, por “seguridad”.

(Continuará)

 

 

El jaque de la LUC – 3

 

3. Cui bono

¿Quién se beneficia? Este es un criterio heredado de los romanos que usaban en derecho criminal; el que se beneficia de un crimen es el primer sospechoso. Hoy ha sido adoptado por el análisis político. No todo pasa por ese método analítico, pero nunca se lo puede dejar de lado.

Usándolo, veremos aquí las bases para definir una táctica. Será un conjunto de obviedades, tal vez algún lector se extrañe viendo que dedicamos tiempo a esto. Ocurre que hay posturas que desafían el sentido común y por algún lado hay que empezar.

En un abordaje amplio y en los dos sentidos, se trata de quién se beneficia / quién se perjudica, en caso de ocurrir una cosa o la otra en el referéndum y en su campaña. Y eso para las distintas partes del conflicto. Puede ser un beneficio y perjuicio relativo; me beneficia en algo y me perjudica en algo. Pero en ese caso ¿qué pesa más? No es tan difícil evaluar todo eso.

Arriba, en los aparatos políticos es obvio. El SÍ beneficiará al FA, el no (aunque no haya esa papaleta, si pierde el SÍ) a los multifachos. ¿Y abajo? ¿Qué pasa para la clase trabajadora y sectores populares en cada uno de esos casos?

El perjuicio inmediato abajo, en las condiciones de la clase trabajadora y sectores populares en caso del fracaso de la derogación y de consolidación de la ofensiva del gobierno, es obvio.

Pese a todo, existe un planteo de varios sectores en el terreno de  la izquierda anticapitalista de que el triunfo del SÍ, en tanto beneficie al FA, también perjudicará a la clase trabajadora y sectores populares, pues el FA es un partido político al servicio de la burguesía. Pues bien, veamos esto concretamente y en situación, no como mirando desde Marte, ¿perjudican en el mismo grado una cosa y la otra? ¿Y en la misma escala de tiempo? ¿Son lo mismo?

Veamos las dos posibilidades.

Gana el SÍ: El perjuicio que sufriría el otro lado, el lado del gobierno con un relativo freno para una aplicación acelerada del programa de gobierno, sería nuestro beneficio. Por supuesto que el retroceso de la política represiva no será automático, para hacerla retroceder se necesitará una lucha muy amplia, con o sin referéndum. Pero esa lucha puede encararse en mejores condiciones si gana el SÍ, por muchas razones. Por las condiciones objetivas, o sea porque algunos mecanismos represivos quedarían al menos debilitados, y también por las subjetivas, es decir el estado de ánimo de la militancia, la mayor capacidad de llegada hacia la población, etc., como consecuencia de ese logro. Puede, es decir es una condición favorable, no lo es todo. Pero es eso, una condición favorable.

Pierde el SÍ: Tendríamos eso mismo en espejo, habría peores condiciones objetivas y subjetivas. La lucha sería comparativamente más difícil.

¿Qué tan importante es esa cuestión de grado? Está claro que si nuestra fuerza fuese muy grande no sería tan importante. Pero en nuestro caso “cualquier monedita sirve”. Y en cuanto al freno que significan las estructuras burocráticas resulta claro que el triunfo se  obtendría en gran parte a contrapelo de ese freno. Su estrategia a sido reticente (por decir lo menos) en llegar a esta instancia. Y aún ahora van en cámara lenta. Toda su inercia burocrática, sus compromisos políticos con el “no hacer olas”, y sobre todo sus compromisos con todos los errores de los cuales no se han hecho ni se harán autocrítica pues no lo ven como errores, todo pesa en contra de que que tengan un rol medianamente decente en esta campaña.

Pero como hemos dicho la lucha obligará. O bien los obligará a actuar a contrapelo a lo que son, o bien obligará a la militancia, en gran parte la militancia que es su propia base, a empujarlos. O las dos cosas. Como hemos dicho, esa brecha difusa “base-dirección” no es una ruptura, ni lo será en lo inmediato. No es – por parte de toda esa militancia heterogénea – una rebelión “en contra de” sino una auto-actividad “a pesar de”. Todo indica que eso se irá incrementado. Si no se ponen las pilas se los van a comer crudos. Y si comienzan a tomar a regañadientes una actitud más combativa, eso alentará aun más la auto-actividad de la militancia de base, que dirá: teníamos razón.

Por lo tanto de ninguna manera puede decirse que acompañar, con un perfil combativo propio y propuestas propias, la campaña por el SÍ, pueda ser PERJUDICIAL para el desarrollo de la conciencia de clase. Todo lo contrario.

Tenemos que considerar este desarrollo en las condiciones concretas de la realidad, no en supuestos ideales.

Imaginemos un militante de esas corrientes supuestamente radicales que sostenga:

Un fracaso de las direcciones reformistas desnudará el contenido de su política, abrirá los ojos de las masas y nos permitirá esto y lo otro y lo otro

Pero cualquiera le preguntaría a ese: “Y cómo vas a hacer, con qué fuerzas”.

No solamente un desplazamiento inmediato de esas direcciones burocráticas es algo que está totalmente fuera del horizonte. La cosa sería peor, porque aislarse de esta campaña, combatir contra voto por SÍ  o ponerse de neutrales sea cual sea el resultado del referéndum profundizará el aislamiento de cualquiera que tenga esa actitud y lo desprestigiará completamente. Haría retroceder una alternativa.

Seguiremos con este tema.

APÉNDICE, dos cositas.

  • Los politólogos consultados por el FA se están quemando las cejas para definir una estrategia. ¿Limitar la lucha a los artículos en cuestión, o ampliarla a un enfrentamiento general contra el gobierno? Dejémoslos que resuelvan su gran dilema.
  • El sindicato policial, defensor de la LUC, dice que las cárceles hoy “generan más delito, más violencia, más muerte”. O sea, el “combate al delito” recargando y alargando las penas, impidiendo las opciones alternativas a la cárcel y maniatando en eso a los jueces, impidiendo las salidas anticipadas y sobre-poblando las cárceles de mil formas ¿a qué lleva?

Ya abordaremos esos temas también.

 

 

 

4. “Di qualcosa di sinistra!” 

 

Este es logo que ha resuelto la Comisión pro Referéndum para la campaña por la derogación de 135 arts. de la LUC.  

Abajo hemos puesto un anuncio de una actividad del Partido Nacional en defensa de la LUC, obviamente dentro de la estética de ese partido y con sus colores tradicionales.

No es muy inteligente esa estrategia de usar la misma estética que el otro bando, los mismos colores, la misma simbología.

Una imagen dice más que mil palabras. Lo que vemos en esta opción estética es una opción política que está en la base de la definición de la estrategia de la campaña, y que viene dada ya previamente como el lugar que se quiere ocupar dentro de la lucha de clases. ¿Enfrentar al enemigo con toda nitidez? No. Se elige otro camino. Podemos verlo en forma muy clara en el video propagandístico de dicha Comisión, con figuras bailando, Artigas y Batlle haciendo gestos de asentimientos de cabeza, etc. Por cierto, esa estrategia tiene sus fundamentos dentro de las concepciones políticas y su teoría. Es la teoría del «bloque de los cambios».

Primero pongamos un ejemplo muy simple. ¿Imaginan un partido de fútbol en que los dos equipos salgan a la cancha con camisetas casi idénticas?

Comencemos por la historia. Las banderas vienen de los estandartes (vexilos) usados por los romanos como distintivos de sus legiones, la cohorte elevaba su distintivo en un poste. ¿Por qué? Porque en medio de la batalla a campo abierto donde los hombres se desparramaban en el lío era necesario llamarlos a agruparse. ¡Aquí estamos, estos somos nosotros!

Las banderas son instrumento de convocatoria y agrupamiento. ¿Para qué es necesario llamar a la gente a juntarse? Porque tenemos que pelear contra  ESOS. ¿Quiénes son esos? Con el tiempo y la generalización del recurso (los visigodos lo adoptaron rápidamente), los otros son los que tienen esa otra bandera, diferente. Y están los que todavía no tienen ninguna, su bandera es la ausencia de bandera. La semiótica de la bandera deriva de la semiótica del combate. La bandera blanca significa «me rindo». Esa semiótica se extiende ya a toda la simbología, los logos, anuncios, videos, audios, memes, marcas comerciales, consignas, estribillos, frases hechas, y todo ese mundo. Y las camisetas, por supuesto.

Y aquí hay dos actitudes, estilos comunicativos. Vender un producto o convocar a una acción.

El vendedor ofrece un producto terminado al comprador, lo ha dejado fuera de la elaboración. Aunque luego, y dentro de su esquema de trabajo, puede sondear el grado de conformidad. ¿Qué tal ese comercio delante del cual pasaste, ni miraste pero igual te vimos? Ponele un like.

El convocante llama al eventual convocado a sumarse. Vení, te esperamos, te ofrecemos un lugar. Las semióticas son diferentes porque el sentido es diferente. Y puede haber modalidades intermedias. No es lo mismo vení a hacer entre todos que vení a hacer que te decimos. Responde a políticas diferentes, eso a su vez a necesidades diferentes. Toda política se construye desde un escenario, y es, a su vez, una escena, una representación y también una presentación.

Esto dice la recién salida del horno declaración final del Congreso del FA (recién salida con dos años de demora, pasada de horno):

» …es necesario asumir que mientras… (se gobernaba)…, la centralidad de la tarea de gobierno fue debilitando el funcionamiento orgánico de la fuerza política y la relación con actores sociales y la población en general. Se presentaron dificultades en el funcionamiento orgánico y en la articulación política, que no siempre pudieron ser resueltos… «.

Traducimos (y agregamos agluna cosita que ellos no dicen): El representante dejó de representar al representado y se pasó a representar a sí mismo, el gobernante a gobernar por sí mismo, y eso ocurrió por la prioridad de gobernar. ¿Gobernar para qué? Sí claro, para tales y cuales objetivos, pero ahora primero está el objetivo de gobernar y seguir gobernando. Lo que era un medio para conseguir un fin se transformó en un fin en sí mismo. Y al final, por eso de querer seguir gobernando, perdiste el gobierno.Eso tiene un nombre: Realpolitik.

No esperemos nada de ellos, nada.

Y como explicó Rosa Luxemburgo, lo principal en la representación democrática es lo queda afuera, sin ser representado en esa lógica de representación, porque eso lo que forzará el cambio. También explicó por qué se termina desvirtuando el instrumento orgánico para el cambio: primero es ocupar un lugar dentro del sistema, luego se pasa a adaptarse al sistema. De representante de los explotados ante el sistema, a representante del sistema ante los explotados. De motor a freno. Eso desarrolla su propia lógica, la lógica de las conquistas parciales. Ocupado un lugar en «la colina parlamento», conservarlo importa más que arriesgarlo en pos de conquistar lo que falta. Y cuando algo se pierde, o se está perdiendo (derechos sindicales, derechos humanos, empresas públicas, educación laica y autónoma, salarios, seguridad social, etc) esa lógica indica hablar desde el punto de vista de conservar lo que se pierde, y nada más. Es el bloqueo de los cambios.

¿Por qué esa estética borrosa? Porque se considera prioritario conquistar al «indeciso» que anda en medio de los dos grandes agrupamientos políticos. Esa es la prioridad.

Por supuesto que ganar a ese sector es imprescindible, pero no será borroneando nuestra bandera que lo haremos.

La frase del título de esta nota lo tomamos de la extraordinaria película de Nanni Moretti, Aprile. Un pseudo documental en el que cuenta que debía hacer un documental de las elecciones en Italia, la campaña de la derecha, de la izquierda, la centroizquierda, la centrocentroizquierda….

Paga ganar al indeciso que está entre la reacción y nosotros, en la zona gris, nos vestimos nosotros de gris borroneando nuestra identidad. Nos mimetizamos así al enemigo. Esa es la teoría del partido «catch all» (conformar a todos). Adaptar los principios al mercado, porque se trata de buscar clientes, abarcar un  «amplio espectro». Pero ya se sabe, el que mucho abarca poco aprieta.

Según esa forma de ver la estrategia de la campaña se trata de llegar al que está en esa zona del centro. El partido «catch all» se parece al otro partido «catch all».

Pero lo que importa no es dónde está ese «ciudadano» (considerado en abstracto, como alguien con una opinión y no con una condición de clase objetiva) sino a dónde va, o más precisamente a dónde necesariamente tiene que ir. No se trata de mostrarle lo que le gusta ver o lo que le provoca menos resistencia sino lo que necesita ver, lo que debe descubrir le guste o no. No la bandera del lugar en dónde está sino la del lugar a dónde tiene que ir. Esa, es la lógica de la lucha de clases.

Lo que nos importa acá es la PROSPECTIVA de la campaña, palabra rara usada en ciencias que se define como: «disciplina que permite anticipar y pronosticar el futuro mediante el análisis mirando hacia él, y así tratar de influir en él en base a nuestros intereses». Por ejemplo según los datos de la evolución de contagios de CoVid-19 y evolución previsible, considerar cuáles son las medidas sanitarias a tomar para el año próximo, en las condiciones que habrá. En eso no nos vamos a meter.

La perspectiva que tenemos por delante es un empeoramiento de las condiciones de la clase trabajadora y sectores populares, y acentuación de las condiciones que afirman la necesidad de la lucha, y por lo tanto IR hacia la lucha. Y la prospectiva entonces es preparar la lucha, usar esta campaña para eso. No nos interesa tanto lo lindo del pasado, Batlle o Artigas, sino lo urgente del futuro. Nuestra urgente consideración de qué necesitamos.

Y necesitamos una bandera, una estética, consignas, actos de campaña que convoquen a recrudecer la lucha. El indeciso no se va a asustar, no tengamos miedo al miedo que nuestra campaña pueda provocar, porque serán los hechos los que harán decidir al indeciso.

Siempre y cuando nosotros, o alguien, pueda ofrecer una alternativa de lucha. Y ojo con el «alguien», porque de las vacilaciones de la izquierda es que se nutre el populismo demagógico de derecha como forma de fascismo emergente. Esa película ya la vimos, y ahora está el trailer de una nueva versión, aquí y ahora. El fascismo golpea en el hueco que deja la izquierda decadente.

Por eso Nanni Moretti, viendo la campaña de la izquierda italiana decía «¡Qué tortura!» y se cubría la vista. Y terminaba, cuando veía por televisión el debate de D’Alema con Berlusconi, diciendo: D’Alema, di cualcosa de sinistra!

Y por eso es tan necesaria nuestra campaña por el SÍ, con nuestra voz, nuestro perfil, nuestra estética, nuestra bandera. Una campaña que no se verá por lo mucho sino por lo diferente. En números absolutos no ganaremos gran cosa, somos muy poquito, seguiremos siendo eso y un poquito más.*

FE DE ERRORES, más que simples erratas. En nuestra nota anterior dijimos que no habrá papaleta por el NO. Sí la habrá porque esto es un referéndum revocatorio de una ley, distinto de un plebiscito constitucional. Y los votos en blanco (no los anulados) contarán como NO. Para nosotros, dado el estrecho margen, los anulados también, más allá de la intención del que anule.

 

 

 – 5 –. No podés mover esa pieza

 

Los temas que hemos tratado hasta ahora en esta serie sobre el referéndum contra la LUC, son estos:

1. Cuanto el enemigo más nos acuse de fines políticos, tanto mejor.
2. Hoy esto es a pesar de la burocracia; no en contra de, todavía.
3. El SÍ nos beneficiaría, en todos los terrenos. El NO no nos daría nada.
4. La burocracia se mimetiza con el enemigo, necesitamos hablar con nuestra propia voz.

Estos son elementos para ir definiendo una táctica, aunque faltan. Hay dos planos, la táctica general de la campaña contra 135 artículos, y la táctica específica de quienes estamos contra toda la LUC, contra todo el programa reaccionario y contra la conciliación que ha implicado e implica ese sesgo de la campaña. Y podría pensarse que conceder más importancia a una cuestión va en detrimento de la otra. Así:

> Si es muy importante el objetivo de ganar el referéndum, la diferenciación perjudica.
> Si importa combatir la burocracia político-sindical, sumarse a la campaña es hacerles el juego.

Nuestra idea es a revés, la mejor orientación en esos dos planos tácticos llevan a lo mismo. Lo mejor en la gran corriente es lo mejor en la contracorriente. No es tan raro como suena, pero lo veremos más adelante. Antes, ubiquémonos mejor en el terreno.

La lucha del referéndum contra la LUC es un punto CRUCIAL en la lucha general de la coyuntura. Esto, que es fundamental para definir una táctica, surge de los mismos hechos. Vamos ver un ejemplo demostrativo.

Dentro del programa reaccionario global que lleva adelante el gobierno “multi” un punto fundamental es la reforma regresiva de la seguridad social.

Los problemas del actual sistema de previsión social han sido provocados por la propia política neoliberal de este gobierno y los precedentes; este los ha acentuado: baja de aportes patronales que pagan hoy la mitad de lo que pagan los trabajadores, exoneraciones a las empresas, y hasta el no aporte del personal extranjero en las zonas francas, etc. La “solución” que en su momento pusieron, las AFAPs, empeoraron la situación de los trabajadores y resultaron una carga parasitaria. Y el envejecimiento relativo de la población del que hablan es una consecuencia estructural del empobrecimiento y de la falta de oportunidades para lo mejor de las nuevas generaciones.

Esto es consecuencia de las políticas capitalistas, que no tienen ninguna perspectiva de solucionar siquiera sus propios problemas. Y por su orientación de clase no harán sino agravarlos. No tocarán las AFAPs por más que hayan fracasado, no tocarán los privilegios militares por abrumadores que sean, ni las intereses de las patronales. La reforma que impulsan es recargar más los aportes de los trabajadores, alargar la edad de jubilación, disminuir las jubilaciones, quitar prestaciones. Están forzados a hacerlo, las instituciones financieras internacionales lo exigen, y la dependencia financiera y comercial cada vez más remarcada no les deja otra.

Sin embargo está muy claro que la resistencia popular será muy grande. Lo marcan claramente las encuestas de opinión y toda la tradición del movimiento social. Esta resistencia ha sido amortiguada porque han conseguido la colaboración parcial de la burocracia política y sindical del aparato FA-PitCnt, al punto que la creación de la Comisión de expertos en la LUC no fue objetada dentro de los 135 artículos. Y con el daño ya hecho ahora hasta pudimos ver al Turco Abdala en la concentración del paro del 15 de setiembre gritar “¡No a las AFAPs!”. Considerando que en 15 años de gobierno del FA ni se tocaron, se puede pensar que eso es pura demagogia. Pero no está ahí el quid del asunto.

Lo que importa es que las 800 mil firmas contra la LUC fueron logradas, y es una certeza que la Corte Electoral convocará en noviembre al referéndum para el próximo otoño. Y el que esa parte de la LUC pueda ser efectivamente derogada por una mayoría ciudadana, ha puesto en vilo al gobierno. Sus próximos pasos están condicionados por el resultado del referéndum.

Han dado largas, todo lo que pudieron, a la presentación del informe de la Comisión de expertos. No pudieron demorarlo más y ahora presentan su proyecto de ley. Demorarán el tratamiento parlamentario, receso mediante.

Y esta es la metáfora que da título a nuestra serie. El referéndum ha puesto en JAQUE al gobierno. ¿Querés mover esa pieza, estás ansioso, apurado, es muy importante para vos? Pues no podés, antes tener que zafar del jaque.

Eso podría hacerse de varias maneras, según la situación: A veces se puede mover el Rey a algún lugar no amenazado, si se lo encuentra. A veces interceptanr la amenaza, si hay algo que se pueda poner en el medio. O capturando la pieza que amenaza, eso sería la forma más conveniente. En este caso eso sería que ganase el NO. El Rey seguiría tranquilo y el adversario perdería esa pieza con la que amenaza. El bando jaqueado seguiría luego con su plan, y además con ventaja.

Si pasará eso o no, está por verse.

La importancia de esta campaña derogatoria, por lo tanto, viene dada no sólo por el aspecto en sí mismo de los 135 artículos. Viene dada por la forma en que interactúa con todos los elementos de la coyuntura. El gobierno le da una enorme importancia a la reforma regresiva de la seguridad social. Pero para llevarla adelante y correr todos los riesgos que esto implica necesita tener el camino despejado.

En concreto: Si el parlamento aprueba esta reforma regresiva (cosa que hará) una posible respuesta del movimiento social sería (y ya se ha planteado) impulsar una reforma constitucional para revocar esa reforma, pero además, instaurar así una reforma progresiva de la seguridad social y mecanismos constitucionales que tranquen nuevos intentos regresivos, del gobierno que sea. Ya hay un antecedente, la reforma constitucional de 1989 que implantó el actual sistema de cálculo de las jubilaciones atado al Índice Medio de Salarios. Fue una forma de sortear algunos mecanismos abusivos, no todos, que deterioraban sistemáticamente las prestaciones jubilatorias. El SÍ obtuvo más del 72% sobre una participación de casi el 80% de los electores.

Y en este caso, si hay una reforma regresiva (la habrá) y una respuesta popular convocando a un plebiscito constitucional (la habrá) es absolutamente obvio que el antecedente del referéndum contra la LUC, que recién habrá salido del horno, tendrá un peso gigantesco en la campaña. Si gana el SÍ, contestar a la reforma de la seguridad social con un proyecto derogatorio y dando además otros pasos progresivos tendrá un impulso mucho mayor. Incluso una mayor audacia en esos pasos progresivos complementarios.

Y por supuesto, como ese plebiscito contra una muy esistida reforma de la seguridad social tendría lugar junto con las elecciones nacionales, el panorama político estaría muy marcado por esa circunstancia. Acentúa el riesgo para el gobierno.

Es absolutamente forzado entonces que el gobierno “multi” no pueda dar un paso antes de zafar del jaque.

Con esto hemos querido mostrar la importancia crucial que tiene el referéndum contra la LUC, y su resolución. No sacando teorías del cajón, mirando el tablero.

Y por eso consideramos equivocadas las posiciones de algunos compañeros que subvaloran la importancia de esta movida. De ese análisis nos ocuparemos. Pero es simple la cosa.

Miren el tablero.
(Continuará)

 

 

 

 

El jaque de la LUC – Fin de la primera temporada

 

Conclusión: Los hechos son muy testarudos

Hemos estado escribiendo esta serie de notas referidas a la LUC que titulamos “El jaque de la LUC”, y en la última de las notas justificamos esta metáfora.

La presentación de 800 mil firmas (y ya está absolutamente claro que las validadas superarán el número requerido) han puesto en jaque al gobierno. O sea: Una imposibilidad de realizar cualquier movimiento, ni ofensivo ni defensivo, mientras no pueda resolver esa situación. Del cuál sin duda saldrá, tal vea mejor, tal vez peor, pero como sea, primero hay que salir. Eso es un jaque.

Para explicar esto pusimos un ejemplo: las dilatorias en el armado y la presentación del proyecto de reforma regresiva de la seguridad han estado determinadas por la gran incertidumbre que trajo el referéndum, y el riesgo que implica complicar más la cosa. Primero tienen que zafar del referéndum.

El domingo 24 de octubre se realizó en el Velódromo el acto formal de lanzamiento de la campaña por la derogación de 135 artículos de la LUC. Aquí se inicia entonces una nueva etapa. Corresponde hacer un punto y aparte en lo que estamos escribiendo:

Han habido varias etapas: 1) Discusión parlamentria del proyecto y negociaciones en pos de “achicar el daño”. Esa táctica no resultó, trajo más daño. 2) Aprobada la ley el 9 de julio del 2020, un período caótico en que no se sabía qué hacer y se perdió un valioso tiempo. 3) Convocatoria en diciembre a dos proyectos diferentes de derogación – parcial y total – de fuerzas motoras muy diferentes. 4) Alcanzadas 800 mil firmas por la parcial, descartada la total, en julio se inicia, de nuevo muy morosamente, una nueva etapa. Esa morosidad, como la otra y la otra, viene dada por el comportamiento vacilante del Frente Amplio, su estrategia de “bajarle los decibeles” al conflicto, que choca contra los hechos “muy testarudos”. Y por fin, por fin, por fin, el 24 de octubre se llega a: 5) Campaña por el voto por la derogación parcial de la LUC.

Entonces corresponde, como dijimos, un punto y aparte en lo que estamos escribiendo sobre este tema. Y ya está claro nuestro esquema. El tema de la segunda temporada de la serie va a ser: Problemas de táctica. Pero antes tenemos que ponerle una conclusión a esta primera temporada de la serie. Ese capítulo final es esta nota.

Podríamos entrar de lleno en la segunda temporada sin más vueltas. Pero hay algo interesante que señalar, los hechos son muy testarudos.

Los hechos CONFIRMAN la hipótesis expresada en esa metáfora ajedrecística.

Este jueves 28 publica el semanario Búsqueda:
“Gobierno analiza cómo congelar las tarifas de los combustibles mientras se discute la LUC. Las campañas a favor y en contra de los cuestionados artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC) se mostraron a pleno en los últimos días. En ese marco, el Poder Ejecutivo está analizando posibles fórmulas que permitan mantener congeladas por algunos meses las tarifas de los combustibles, uno de los temas más sensibles del articulado en debate”.

Vemos una vez más el jaque. Quieren subir los combustibles, no pueden. Esto lo graficaba un “meme” divulgado en estos días.

– ¿Qué queremos?
– ¡Defender la LUC!
– ¿Cómo lo haremos?
– ¡No aplicando la LUC!
– ¿Por qué?
– ¡Porque si no perdemos el referéndum!

Más interesante todavía es que los artículos de la LUC 235 y 236 que establecen este mecanismo de subas permanentes de los combustibles fueron votados por el Frente Amplio (dentro de su táctica de “achicar el daño”, que lo agrandó, y este es un ejemplo clarísimo de ello), y pese a ello están entre los artículos a derogar en esta campaña, apoyada por e Frente Amplio. Sí pero no. Como te digo una cosa te digo la otra. El oportunismo tiene sus límites.

Los hechos son muy testarudos. Lo seguiremos confirmado, en nuestra segunda temporada.

(Continuará) 

 

Fernando Moyano

 

 

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