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jueves, 31 de julio de 2008

DOCUMENTACIÓN SOBRE URUGUAY EN EE.UU. NO PUEDE SER DESCLASIFICADA PORQUE NUESTRO GOBIERNO NO LO SOLICITA
El que no pide no accede. Documentación sobre Uruguay no puede ser desclasificada en EEUU a falta de petición de nuestro gobierno (La Diaria)
La pasada semana estuvo en nuestro país el director del Proyecto de Documentación del Cono Sur del Archivo de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense, Carlos Osorio, quien donó en formato digital la colección completa y sistematizada de toda la documentación desclasificada sobre el régimen dictatorial argentino y otros, que involucra indirectamente a nuestro país. Osorio dijo que está en conversaciones con Presidencia para que se concrete un pedido formal al gobierno de Estados Unidos a fin de desclasificar documentos específicamente acerca de Uruguay.
La convocatoria a la conferencia "Desclasificación y digitalización de archivos sobre las dictaduras y las violaciones a los derechos humanos en el Cono Sur de América Latina: el aporte de NSA" fue realizada por el Archivo General de la Universidad de la República (AGU) y el Centro de Estudios Interdisciplinarios Uruguayos (CEIU) de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FHCE).
Como administrador del sistema informático del NSA, una organización no gubernamental sin fines de lucro creada en 1985 y con sede en la ciudad de Washington, Osorio diseñó e implementó el sistema digital de administración documental de esa institución.
Se trata de un centro de investigación que ha reunido, clasificado y digitalizado más de cuatro millones de documentos que obtuvo mediante solicitudes específicas a los organismos públicos estadounidenses, incluyendo al archivo general de la nación, y también a través de contactos con otros gobiernos y organizaciones, con intenciones de difundir y facilitar el acceso de información sobre seguridad nacional, terrorismo de Estado, violaciones de los derechos humanos y regímenes autoritarios.
El conferencista fue presentado por Álvaro Rico en representación del CEIU y por Vania Markarian por la AGU. Ambos señalaron los aportes del NSA con respecto a América Latina, y Markarian recordó que el contacto formal del director del Proyecto de Documentación del Cono Sur con el Estado uruguayo tuvo lugar a principios de 2005, cuando la Presidencia de la República encargó trabajar sobre los desaparecidos a un equipo de investigadores que ella misma integraba.
En ese sentido, una contribución fundamental de la ONG tuvo que ver con la facilitación de acceso y el asesoramiento en relación con el llamado Archivo del Terror de Paraguay, donde había mucha documentación referida a la coordinación represiva regional.
Por su parte, Osorio recordó que se trataba de documentos encontrados en la ciudad de Asunción, sobre la Organización Popular Revolucionaria 33 Orientales (OPR 33) y la petición de captura y la entrega al Organismo de Coordinación de Operaciones Antisubversivas (OCOA) uruguayo de Jorge Zaffaroni y su esposa María Islas, en fechas que coincidían con las de sus desapariciones.
Un mes después de eso, la agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos produjo un informe en el que indicó que la Operación Cóndor era el "nombre clave" que daban aparatos de inteligencia latinoamericanos a la "recolección de información sobre izquierdistas, marxistas y comunistas del Cono Sur" para su eliminación. Osorio advirtió que la documentación reunida tiende a mostrar y a evidenciar políticas de coordinación pero no se refiere a casos individuales.
Si bien el material donado por el NSA está disponible en internet, se hizo entrega de éste en un CD con la información sistematizada y con un buscador.
"La puesta a disposición del público de manera ordenada es la garantía de la legitimidad de los trabajos que los investigadores uruguayos producimos sobre estos asuntos", y muestra que "nuestras conclusiones están basadas en documentos accesibles para poder ser chequeados", evaluó Markarian.
Destachar documentos
Algunos documentos fueron desclasificados, como suele ocurrir en estos casos, con tachadura parcial de sus contenidos. La ley de acceso a la información estadounidense -de 1967 y reformada en 1975- contempla, según señaló Osorio, nueve excepciones que permiten mantener la reserva, entre ellas las referidas a la privacidad de individuos, al eventual riesgo de afectar una investigación criminal en curso, al secreto comercial, a la afección de las relaciones diplomáticas y a cuestiones de armamento. Pero las excepciones que implican mayores trabas son las que tienen que ver con la posibilidad de que los datos "afecten la seguridad nacional" y las "leyes de secreto de información".
El solicitante puede apelar a la Justicia para acceder al documento original sin tachaduras, si luego de reclamar esto a la agencia correspondiente se le niega, pero Osorio señaló que en estas cuestiones la legislación de Estados Unidos tiene un "gran hoyo", ya que es un decreto presidencial en cada período el que decide qué es secreto y qué no. "Fue muy interesante.
El decreto de Reagan decía 'todo documento está clasificado hasta que está desclasificado'; el de Clinton decía 'todo documento está desclasificado hasta que está clasificado'", reflexionó el investigador.

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