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jueves, 14 de agosto de 2008

El Exilio

La red Alternativas y Solidaridad publica la primera parte de la entrevista a Margrit Schiller , acerca de un tema nunca suficientemente tratado, muchas veces sumido al silencio.
Tema tabú el exilio es algo que no tiene fin, que pasa por diferentes etapas y que impacta fuertemente en las vidas de las personas que lo viven.
Es por ello que con esta entrevista intentamos levantar un poco el velo que lo cubre para, para que se abran las compuertas del silencio, para que a partir del relato se pueda saber.
Saber que el tema del exilio es un debe que tiene nuestra sociedad y que por ello consideramos la palabra que relata, como voz contra el olvido.

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Margrit fue parte de una organización clandestina y armada en la Alemania occidental que fue duramente reprimida con reclusiones aisladas, y relató ante una audiencia sorprendida: “Hasta hoy hay presos políticos en Alemania, el año pasado liberaron a una mujer que estuvo 30 años presa”. Además de incluir su testimonio en el texto uruguayo, Margrit publicó “Una dura batalla por los recuerdos”, donde relata su experiencia en la RAF (Fracción del Ejército Rojo) y los años de encarcelamiento. (Fuente: Feministas Tramando)

Margrit Schiller exiliada alemana en Uruguay Una entrevista exclusiva para la red Alternativas y Solidaridad
Red A y S: Cuenta un poco como fue tu experiencia de exiliada en Uruguay; si puedes situar la fecha
Primeramente había vivido durante 8 años con asilo político en Cuba, después me fui en el 93 a Uruguay. Allí me quedé 10 años hasta que volví a Alemania en el 2003. Fui a Uruguay por toda la experiencia de cárcel y exilio en este país. Necesitaba intercambio pues había estado durante casi 7 años presa en Alemania y después fue mi vida como exiliada.

Red A y S: ¿te acuerdas de tus primeras sensaciones y el relacionamiento con la gente?

Mi primer encuentro con Uruguay fue un viaje de 10 días en diciembre del 92: primavera, sin hijos y sin marido, encuentros con gente que conocía otros mundos. Me enamoré de Montevideo. Llegando medio año mas tarde con mis hijos de 4 años y con mi marido cubano – náufragos del periodo especial en tiempos de paz de cuba – el aterrizaje fue muy duro. La gente en la calle muy cariñosa por nuestro pasado cubano pero la situación económica era tremendamente difícil para nosotros. La responsabilidad para con mis hijos me pesaba mucho, pues en el primer año y más no sabía por la mañana que darles de comerles al mediodía. Era la humillación más grande de mi vida. No sabía como tratar mi pasado, en general no lo dije. Quedé para los uruguayos como la loca alemana que por razones incomprensibles no quería vivir en el paraíso europeo sino pobre con un músico cubano chistoso y pobre, en el Uruguay pobre. Que yo pudiera tener una historia como luchadora política ex-presa y ahora exiliada no pasaba por la mente de nadie. La imagen era más fuerte.

Red A y S: el exilio es algo del cuál uno tiene plena conciencia desde su inicio ¿que significado tiene para ti el exilio?

Significa una tremenda vulnerabilidad. Significa perder la lengua, la posibilidad de expresarse. Perder los códigos comunes con el alrededor que hace que uno se siente un extraño, con un secreto interior que nadie puede ver ni sospechar.

Red A y S: Deja trazas el exilio ¿las mismas se pueden superar con el tiempo?

No sé. Pienso que si pero es una lucha muy larga y difícil. Cuando uno se gana una nueva lengua, nuevos códigos, todo se mezcla entre lo viejo y la nueva vida. Estoy todavía en medio de esto, cinco años después de volver.

Red A y S: ¿que pasa con la memoria en el exilio?

El exilio como toda migración te empuja constantemente hacia la adaptación, ser uno más en el nuevo país. Para no quedarse en blanco – lo que pasaría con la completa adaptación – para no olvidar todo el pasado uno tiene que luchar cada día por la memoria. Como yo no podía hablar con nadie sobre mi situación empecé a escribir. Eso me salvó. Escribí durante 8 años mi libro sobre la cárcel y el tiempo anterior para no perder la memoria. Y ahora escribo sobre mis experiencias del exilio pues no encuentro forma de hablar de ello. Cuando alguien en Uruguay o en Alemania me pregunta sobre el exilio - lo que pasa muy raras veces – no puedo parar de hablar. Pudiera hablar tres semanas sin dormir. ¿Quién puede escuchar eso?

Red A y S: ¿qué pasa con la palabra y las sensaciones en el exilio?

Con el tiempo me parecía que mi cerebro no funcionaba bien, me puse lenta: lenta en pensar y lenta en hablar. Me sentí como que me hubieran cortado la lengua. Recién cuando regresé la primera vez a Alemania después de vivir 15 años sin volver, Vd. que no había perdido mi posibilidad de reaccionar rápido como antes. Mi camino al exilio fue de un mundo muy verbal a un mundo mucho más no-verbal. Es difícil de separar ahora en una entrevista corta las palabras de las sensaciones, pues los dos están también estrechamente relacionados. Aprendí mucho del mundo no-verbal en América Latina a pesar de que siempre chocaba con la forma muy indirecta de expresar sensaciones críticas.

Red A y S: Háblame un poco del desexilio; es algo que en realidad se produce?

En Uruguay me habían dicho que lo más duro era el desexilio. Yo siempre pensaba que no me iba a tocar. Pero me tocó. Primeramente Alemania me pareció muy conocida, los códigos, la lengua. Pero después sentí que no. Que yo había cambiado y la gente también. Pero no se ve. Yo parezco alemana, la gente quizás sabe quizás no, que he vivido un tiempo afuera, si lo sabe lo considera como un viaje turístico, una aventura. Que adentro me siento media latina, media alemana, nadie lo puede ver. Y nadie pregunta.

Red A y S: ¿cómo es volver a reinsertarse en su lugar de origen?

No se puede volver más realmente. Encontré mi forma de vivirlo moviéndome: necesito vivir uno dos, mejor más varios meses del año en Uruguay, trabajo en Berlín, visito otros lugares. No existe más un lugar en el mundo donde me siento completamente en casa. Moviéndome y escribiendo trato de sacar de ese hecho fuerza. Pienso que el exilio también es una gran riqueza. Esa mezcla de culturas, de experiencias, de formas de vivir. Vi en Uruguay que socialmente no se aceptaba esa riqueza que traían los uruguayos exiliados, la gente prefería que todos fueran iguales – en Cuba vi lo mismo. En Alemania existe una xenofobia violenta contra extranjeros, y desexiliados alemanes no se conocen o no existen más.

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