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domingo, 31 de octubre de 2021

Uruguay / El jaque de la LUC

 

X Fernando Moyano

 
   Una opinión personal 

 

Primera de  una serie de notas sobre este tema 

1. Pegándole al bizcochazo del lado equivocado 

«Paro político». «Están contra el gobierno». «Para hacer una demostración de fuerza».

Estas han sido algunas de las balas disparadas por los voceros del gobierno, comenzando por el presidente, luego del paro general parcial del 15 de setiembre y su movilización.

Voy a empezar por lo último. Si alguien intenta una demostración de fuerza y le sale mal, resultaría ser una demostración de debilidad. ¿Qué tal fue en concreto en este caso, fuerza o debilidad? Si tanto les molesta el hecho, la pregunta se contesta sola.

Veamos eso de que el paro es contra el gobierno. Y de que el movimiento sindical va tras el Frente Amplio.

Ya en julio el diputado colorado Schipani le contestó al frenteamplista Nuñez, que había criticado la suba de los combustibles aplicando un mecanismo contenido en la LUC, diciendo que el FA había aprobado en el parlamento los artículos correspondientes, 235 y 236, de dicha ley.

No sería la primera vez ni la última en darse una situación parecida, el tema de los combustibles motiva cada vez más polémicas, pero otros parecidos también. Cada vez que el FA critica algún aspecto de la política del gobierno sus voceros señalan posiciones colaboracionistas previas del FA con éste, o bien políticas similares del gobierno previo del FA.  Por ejemplo, la comparación del contrato reciente con la empresa Katoen Natie, y el contrato del gobierno del FA con UPM.

Es casi imposible no encontrar, ante cualquier crítica del FA al gobierno, alguna respuesta de  «pero que hablan ustedes, si…». Ahora, el posible TLC con China ha puesto al FA en una extraña disyuntiva: si criticar al gobierno por ir a ese TLC, o reivindicar para sí haber iniciado ese camino.

La campaña de defensa de la LUC ya ha sido iniciada por el gobierno, por ahora es muy vacilante la respuesta de la campaña por la derogación. Todo esto viene mostrando crudamente las consecuencias de la política de «reducir el daño», que de hecho ha significado agravar el daño. El gobierno amortiguó apenas un poco el primer golpe pero lo dio y es muy fuerte, y de inmediato dio los otros apenas demorados un poco, de avances que continúan la LUC. La Rendición de Cuentas, el desmantelamiento del Instituto Nacional de Colonización, etc.

La otra cara de la misma moneda es la acusación oficialista de que la campaña del FA por la derogación parcial de la LUC es en realidad una excusa para recomponer la militancia y tener así una mejor posibilidad de volver al gobierno. Curiosamente y en espejo, algunos sectores de la izquierda extra-frentista que descartan la campaña contra la LUC, dicen lo mismo.

Es una curiosa acusación, acusar de lo bueno.

Ni bien se llegó a las casi 800 mil firmas dijo Mujica que «el militante de base nos caminó por encima», lo que muestra la mentira de las medias verdades, y la verdad de las medias mentiras. Porque para que el militante de base le pase por arriba al dirigente, es necesario que el dirigente, primero, se haya quedado estancado.

Entonces el FA, luego de gobernar durante 15 años para la colaboración de clases y la gestión del capitalismo, luego de la derrota y de año y medio de intentar conciliar ahora desde una «oposición de Su Magestad» portándose bien ante un gobierno abiertamente reaccionario, y cuando surge apenas un desborde desde la base, todo lo acotado y difuso que se quiera pero apuntando a una rebelión contra el ajuste capitalista, es que empieza a las cansadas su confusa dirección a tratar  de acomodar el cuerpo metiendo algún matiz de oposición tímida, parcial, a los tumbos y con un abanico de indefiniciones internas que no saben resolver.

Y relación de esta burocracia política con la burocracia sindical es exactamente al revés de lo que el reproche de la derecha dice. Y a veces lo dice al revés.

Obviamente no se trata de que el FA quiera arrastrar a los sindicatos y otras organizaciones sociales a la rebelión, quiere contenerlos, e incluso dicen eso expresamente y lo reivindican. Tampoco es que la burocracia sindical tironee al FA hacia la izquierda. La pugna interna estratégica sobre la LUC ha mostrado lo contrario. La dirección del Pit-Cnt ha usado la rebaja programática del FA para argumentar con eso su propia rebaja programática. Fue lo que se adujo para imponer por arriba el rechazo a la iniciativa contra toda la LUC, que eso era necesario para contar con el FA.

Y ahora el señalamiento desde la coalición reaccionaria gobernante es: pero ustedes se están contradiciendo con su política colaboracionista. ¡Están pasando ser opositores!

Vayamos poniendo los puntos sobre las íes uno por uno. El FA llegó al gobierno por medio de una transacción triple.

A las clases dominantes y su brazo armado les ofrecieron rebajar el programa a la mera gestión capitalista con algunas mejoras mínimas a la clase trabajadora, y no tocar la impunidad militar, a cambio de que esas mejoras fuesen aceptadas, lo mismo que su entrada al gobierno.

A las clases trabajadoras, les ofrecieron esas mejoras mínimas pero significativas en ese contexto de enorme penuria económica, a cambio de abandonar mayores pretensiones de cambios de estructuras o reformas más radicales.

Y al aparato frenteamplista, predominantemente de sectores medios, se le tiró la participación en el botín del aparato del Estado, a cambio de un total disciplinamiento vertical a los que tendrían la llave de la canilla. Eso reduciría a su ala izquierda a un papel decorativo. Y en algún caso más relevante como es el del MPP,  cooptarlo con un lugar de socio de primera línea.

Para que todo eso fuese posible era imperioso un elemento: rebajar totalmente el papel de los Comités de Base y transformar a la militancia en simple expectadora, y claque en algún caso. De ahí viene el término «foca» con el que la derecha más cavernaria empezó a calificar a esta militancia.

Entonces, el gobierno del FA fue un gobierno de gestión capitalista, incluyendo la profundización de la dependencia, el extractivismo, el aumento de la deuda externa, la privatización gradual de las empresas del Estado, la reforma regresiva de la educación, etc etc. No vamos a sobreabundar.

Para eso, la militancia para su casa. Como el «Felices Pascuas» de Alfonsín.

Pero ningún gobierno de gestión del capitalismo puede resolver los problemas estructurales del capitalismo. El Frente tampoco. Acabado el período del «viento de cola» en que la profundización de la dependencia pudo acompañarse con un cierto derrame de la captación local del excedente, las condiciones de ese «equilibrio Nash» se agotaron. La clase dominante pateó el tablero, ya no es negocio che.

Y se vio en la imperiosa necesidad de recuperar la gestión directa del gobierno a través de su aparato político tradicional. Para eso se necesitaron dos cosas.

Una, aprovechar la oportunidad que les daba el desgaste del FA en el gobierno ya con serios problemas. Aprovechar las fisuras abiertas en su base y en su implantación política popular con sus confusas variantes socialdemócratas, social-liberales, populistas, estalinistas en decadencia, etc. etc., y el fracaso inevitable de la compensación por goteo para contener la rebeldía popular cuando las gotas se agotan por la sequía del giro en la situación mundial y regional del capitalismo. Demasiado, para cualquiera. Para aprovechar ese vacío en la política frentista, la derecha armó a las apuradas una demagogia populista.

Y la otra, recomponer ese desvencijado aparato político tradicional, muy golpeado por la crisis vivida en los años anteriores, por las contradicciones entre los distintos sectores de la clase dominante y sus aparatos burocráticos de mediación, por todo su arcaísmo político. Los sectores orientados a una modernización de la política burguesa tienen una base muy débil y no han prosperado, los sectores más tradicionalistas son incapaces de ninguna renovación. Estos huecos pueden ser aprovechados por el fascismo emergente de Cabildo Abierto, que tiene que levantar una bandera populista… pero no muy populista. Y los socios menores son decorativos.

Esta debilidad de todos que se compensa porque es la debilidad de todos, es Uruguay. Es lo que ha sido siempre.

¿Y qué de una verdadera oposición a la política reaccionaria? ¿Qué tenemos?

Los intentos de política popular alternativa se han venido frustrando uno tras otro. Y debemos decir la verdad: Por el bloqueo que significa la política conciliadora y colaboracionista impuesta desde arriba por el aparato burocrático, sin duda. Pero TAMBIÉN por nuestra propia incapacidad, eso es clave. Por el predominio del sectarismo, el oportunismo «izquierdista», el fraccionalismo, el más estrecho dogmatismo.

Y en la campaña contra toda la LUC hemos visto en ese tema «un caso para una tesis», la Coordinadora contra toda la LUC. Nos ocuparemos de eso en una nota próxima de esta serie, no ahora.

Lo que sí corresponde señalar aquí es que dentro de esa brecha que lentamente se va abriendo entre la militancia de base de izquierda, los militantes sindicales y sociales por un lado, y el aparato burocrático por el otro, no ha habido en ese terreno ningún eje de acción que pueda decirse principal. Han habido muchas cosas, eso no.

Eso no, tal vez hasta ahora. Tal vez, ahora, tengamos un «eje candidato», un espacio de acción en que la militancia pueda salir de la casa, volver a las calles, y ya no en el ghetto de cada uno. Ocupar la calle principal.

Entonces, paro político.

Y así, de esa supuesta acusación resultaría entonces que ¡sí!, tenemos una política, y que es una política de oposición orgánica al programa de gobierno, pluralista, universal, activa, de masas, con los sindicatos organizados en la calle y puentes hacia distintos sectores de la ciudad y el campo. ¡Oh!

Digamos la verdad verdadera, no es TAAAAN así.

Pero gracias por el cumplido.

 

 

sábado, 30 de octubre de 2021

 

América Latina en Resistencia: Castillo en la encrucijada

Tensión y dilemas para el nuevo gobierno peruano

 

Pedro Castillo ganó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Perú por un margen mínimo. El maestro y sindicalista rural irrumpió en la escena de forma inesperada y sembró el pánico entre las élites con sus propuestas de renegociar los contratos con las multinacionales energéticas y realizar una asamblea constituyente.

Consumada su victoria, los analistas vaticinaron que no tendría vida fácil y se enfrentaría a duros desafíos de “gobernabilidad”, y así ha sido. Las élites, los medios y el congreso de mayoría opositora han estado en una guerra constante contra el nuevo gobierno. La gran pregunta era: ¿Castillo “moderaría” sus planes o confrontaría a sus oponentes? Hasta ahora la tendencia ha sido la primera.

En el episodio más reciente y significativo, Castillo cedió ante la presión de los poderes dominantes que demandaban la sustitución del “radical” Guido Bellido, quien se desempeñaba como jefe del Consejo de Ministros. Bellido pertenece al partido Perú Libre, por el cuál se lanzó Castillo a la presidencia.

En su lugar, el presidente nombró  a Mirtha Vásquez, una política progresista, ambientalista y feminista, actual parlamentaria del Frente Amplio.

Vásquez forma parte de la izquierda peruana, es muy activa en la defensa de los derechos humanos y el ambiente, pero viene de las clases políticas “tradicionales”. De hecho, ya ha sido presidenta del Congreso en 2020.

Pero la renuncia del primer ministro, según el artículo 133 de la Constitución peruana, implica también la renuncia del gabinete entero, lo que llevó al nombramiento de nuevos ministros en Interior, Educación, Trabajo, Cultura y Producción, entre otros.

Ahora ¿se trata de un simple cambio de gabinete o implica la suavización de un gobierno progresista que, sin embargo, debe conseguir el aval de un Congreso hostil y acostumbrado a derrocar presidentes con diversos argumentos incluyendo la «incapacidad moral»?

De hecho, el detonante de la crisis fue que Bellido amenazó con nacionalizar una empresa vinculada con la administración del gas si esta no renegociaba el reparto de utilidades con el Estado. Al final, una de las banderas de la campaña. La declaración ocurrió poco después que Castillo realizara un viaje hacia EE.UU. en busca de inversionistas a quienes ofreció estabilidad y seguridad.

Tras eso, Vladimir Cerrón, presidente de Perú Libre, afirmó que Bellido es un político consecuente con sus ideas, con las promesas de campaña, con la Asamblea Constituyente. “El presidente deberá elegir ante la disyuntiva de lo conservador o lo revolucionario», agregó.

La relación entre Castillo y el Perú Libre se ha vuelto muy tensa. Los líderes de la agrupación izquierdista han apuntado al hecho de que por las presiones de la derecha y de los medios ya no queda ningún integrante del partido en el gabinete ministerial. Bellido de hecho amenazó con forzar la disolución del parlamento y convocar a elecciones anticipadas, pero el presidente una vez más eligió no antagonizar a sus oponentes.

Los pocos meses de Castillo en la presidencia hacen recordar otros antecedentes. En 2011, cuando los progresismos arrasaban en América Latina, Perú dio su voto a Ollanta Humala, un militar radical que se había levantado contra el Gobierno a comienzos de siglo y prometía grandes cambios. Pero muy rápidamente fue perdiendo “radicalismo” y cayó en un sinfín de negociaciones políticas y financieras, que traicionaron las demandas populares.

Mientras tanto, Castillo asegura que su gobierno seguirá comprometido a entregar gas barato a la población, después de que la cotización del combustible en el mercado internacional ha sido volátil. De igual forma, presentó  la denominada “segunda reforma agraria” que permitirá que el Estado llegue a los agricultores con vías de comunicación, tecnología y asesoramiento técnico.

Pero las dos grandes promesas de su campaña (asamblea constituyente y renegociación/nacionalización de la exploración de recursos naturales) están en suspenso.

Entre la izquierda han resurgido viejos debates. De un lado, algunos argumentan que Castillo necesita mantenerse en el poder para ganar tiempo de efectuar los cambios que busca. Del otro están quienes sostienen que el presidente debe recurrir a su apoyo popular para enfrentar a sus enemigos, y no gobernar con una agenda que poco tiene que ver con su programa.

El caso de Perú es paradigmático y trae lecciones cuando la izquierda está bien posicionada para ganar elecciones en Chile, Colombia y Brasil. Las élites resistirán violentamente hasta en contra de los más pequeños cambios. Buscar un acomodo puede ser una solución temporal. Pero si no hay respuestas a las necesidades de las grandes mayorías, se agotarán muy rápidamente los nuevos ciclos progresistas

 

Fuente:  https://www.investigaction.net/es/

miércoles, 30 de junio de 2021

Resumen de junio

 


         N° 536  

 

 

Rúbricas: Argentina   / Chile/   Uruguay /  Economía /    Videos /   DD.HH /  Cultura /  Pueblos originarios /  Monthly ReviewR. Zibechi



 Uruguay - Un 27 de junio – Así fue  -   X     S. Petrovich

  Las nuevas formas de la reacción

 Chile. ? El desfonde del sistema y el anuncio de la Lista del Pueblo

 Uruguay -? Construyendo los comunes  X     S. Petrovich

luencia anarquista en constituyente en Chile

 Por qué Ortega no quiere soltar –  por Raúl Zibechi

 Arte concreto en Argentina

 Pueblos Originarios: la realidad real oculta por los símbolos

 Hoy recibí una carta     X Raúl Zibechi

 Fuerzas Armadas de Chile: Historia criminal contra su pueblo

 Uruguay- S O M O S  L O S  M I L I C O S …

 Uruguay – 17 de junio ? El Paro general se hizo sentir

 «Las venas abiertas de América Latina 50 años después»

 Nicaragua: arrestan a tres dirigentes opositoras

 La esclavitud africana y su legado en el Caribe

 €uropa represiva: Detienen a diez militantes revolucionarios de los ’70

 Colombia – Paramilitares sicarios  -  video

 Perú ? La victoria de Castillo un terremoto político

 China, el surgimiento de organizaciones de trabajadores de base

 

 

Aquí  presentamos  una selección de los artículos publicados este mes.

Para tener una visióncompleta, visite nuestro sitio:  

 https://revistaalternativas.org/

 

viernes, 16 de diciembre de 2016

Machismo extremo en políticos chilenos

Furia en redes sociales por regalo de Asexma al ministro de economía en cena anual de exportadores por EL MOSTRADOR MERCADOS 14 diciembre 2016 El presidente de Asexma, Roberto Fantuzzi, regaló una muñeca inflable al ministro Luis Felipe Céspedes "para estimular la economía". Una broma bastante forzada le está pasando la cuenta a la Asociación de Exportadores y Manufacturas, Asexma. Anoche en su cena anual el presidente del gremio, Roberto Fantuzzi, como es tradición del carismático empresario, hizo regalos a todos sus invitados, entre los que se encontraba el ministro de economía Luis Felipe Céspedes, los candidatos presidenciales Alejandro Guillier y José Miguel Insulza, el vicepresidente de Corfo Eduardo Bitran. Al titular de economía le regaló una muñeca inflable, con un mensaje en su boca que se lee "para estimular la economía", aludiendo a que la economía "es como las mujeres, hay que estimularlas". Esta mañana el hecho se transformó en Trending Topic en Twitter, donde los usuarios han desatado su furia contra la organización. "Un asco su machismo", consideró la senadora Lily Pérez en Twitter. "Vulgar, sexista, machista y abusivo el regalo de Asexma. El mensaje aún peor. Las risas develan inconsciencia o complicidad machista", dice Felipe Harboe en la red social. La ONG Miles Chile, en tanto, declara que "Repudiamos todo acto sexista y de violencia contra las mujeres #Asexma". Este miércoles, Fantuzzi salió al paso de las críticas en radio Cooperativa, al señalar que "si he ofendido a alguien, pedir disculpas. Esto lo hace siempre un comité, no son solamente ideas mías, donde participan también mujeres". "Si realmente he cometido errores, lo único que queda es 'perdón, perdón, perdón', pero en algunas oportunidades regalamos un indio pícaro y tampoco puede uno llevarlo a extremos esto", agregó.

jueves, 24 de diciembre de 2015

De cómo Monsanto destruyó la Argentina rural

Por Vic Bishop En 1996, Monsanto entró con sus promesas de mayor rendimiento de los cultivos y un uso más bajo de pesticidas, vendiendo sus semillas de soya modificadas genéticamente, así como semillas de maíz y algodón. monsanto Las comunidades argentinas del “cinturón de granjas”, con una población de 12 millones de personas saben, tal vez más que otros, los costos de convertirse en uno de los primeros en adoptar modelo de agricultura biotecnológica de Monsanto.El país, históricamente conocido por su industria de la carne de vacuno alimentada con pasto, ha experimentado un profundo cambio en los últimos 20 años, ya que la transición para convertirse en uno de los mayores productores mundiales de soya (GM genéticamente modificada). En 1996, Monsanto entró con sus promesas de mayor rendimiento de los cultivos y un uso más bajo de pesticidas, vendiendo sus semillas de soya modificadas genéticamente, así como semillas de maíz y algodón. Las comunidades agrícolas creyeron en estas promesas sólo para encontrarse utilizando nueve veces más agroquímicos para el año 2013 en un total combinado de 84 millones de galones por año, frente a los nueve millones de galones en 1990, y frente a un aumento de problemas de salud tales comoel hipotiroidismo, las enfermedades respiratorias crónicas y el cáncer. leer más en: http://kaosenlared.net/de-como-monsanto-destruyo-la-argentina-rural/